La permacultura es un enfoque de gestión y diseño territorial que adopta las disposiciones observadas en ecosistemas naturales florecientes. Incluye un conjunto de principios de diseño derivados del pensamiento sistémico integral. Aplica estos principios en campos como la agricultura regenerativa, el urbanismo, la reintroducción de especies silvestres y la resiliencia comunitaria. El término permacultura proviene originalmente de «agricultura permanente», pero posteriormente se adaptó para significar «cultura permanente», incorporando aspectos sociales. El término fue acuñado por Bill Mollison y David Holmgren en 1978, quienes formularon el concepto en oposición a los métodos industrializados occidentales y en congruencia con el conocimiento indígena o tradicional.

La permacultura abarca diversas ramas, como el diseño ecológico, la ingeniería ecológica, el diseño regenerativo, el diseño ambiental y la construcción. También abarca la gestión integrada de los recursos hídricos, la arquitectura sostenible y los sistemas agrícolas y de hábitat regenerativos y autosuficientes, modelados a partir de ecosistemas naturales. La permacultura se ha implementado y ha alcanzado una amplia visibilidad en todo el mundo como sistema de diseño agrícola y arquitectónico, y como principio o filosofía de vida rectora. Las prácticas tradicionales e indígenas son muy valoradas en la permacultura porque se han desarrollado en constante diálogo con las condiciones específicas del clima y el suelo.

La permacultura utiliza procesos de diseño creativo basados en el pensamiento sistémico, considerando todos los materiales y energías en flujo que afectan o se ven afectados por los cambios propuestos. En la práctica, esto significa que antes de, por ejemplo, modificar el flujo fluvial superficial, se consideran plenamente los efectos aguas arriba y aguas abajo a corto y largo plazo. O bien, al analizar un problema, como la vegetación arbustiva, se considera cómo su eliminación o alteración impactará el suelo y la vida silvestre, y cómo estas fuerzas interactuantes evolucionarán con el tiempo y el espacio. Al construir una casa, se considera su demolición.